Satisfecho. Así me siento hoy. Miserable, también. Pero contento con el trabajito hecho. Fué mi primer experiencia en estas lides, y seguro la última. Que uno nunca sabe? Seguro. En mi análisis final, para mi descargo, alegaré emoción violenta. O defensa propia. Cómo estarás sintiéndote ahora? Me tiene sin cuidado. Te lo ganaste, con creces.
Yo había estacionado la moto frente a la plaza. El día, radiante, invitaba a tomar sol. Los lentes oscuros, el casco y la campera prestada me daban el anonimato deseado. Era un mediodía pleno, en un pueblo suburbano pujante. Alrededor de la plaza los parroquianos iban, venían y volvían. La confitería de enfrente rebosaba de pueblerinos ávidos de ser observados. Las mesitas de la vereda estaban completas. Adentro, sólo se veían una o dos vacías. Y desde mi posición podía ver todo. A los que estaban y los que habían estado. La iglesia, la municipalidad, el Banco Provincia, dos inmobiliarias, un salón de fiestas infantiles, la fábrica de pastas,... Continuar leyendo