No me digas adiós, sólo hasta luego.
Vine un instante a recorrer el infinito.
Sentí curiosidad,
quise perderme entre las lunas de agosto.
En un ratito, emprenderé la vuelta.
Estarás dormida,
durmiendo el sueño de la pena.
La noche ocultará mis disfraces fantasmales
y vendré a por tus besos demorados
que tu boca, por culpa de mi ausencia,
no pudo regalarme en su momento.
Los robaré en silencio.
No despertarte será mi estrategia sigilosa.
Antes te observaré completa.
Respiraré tu aire.
Tocaré tu pelo, disfrazado de viento.
Me acostaré a tu lado.
Te haré el amor con la mirada.
Tú seguirás dormida.
Y cuando, por fín, emprenda
la final despedida,
ya estarás liberada para un nuevo romance.
Me llevaré el recuerdo y los últimos besos
para mi nueva morada, aquí en el cielo.
Al despertar, mañana, sabrás de mi visita.
Dejaré en tu diario una flor.
Y en tu ventana,
dos alegres mariposas abrirán sus alas.
Súbete a ellas. Vuela.
Y entrégate al amor.
Georgie