Querido Santa:
Soy un niñito de cuarenta y ocho...ya sé...demasiado crecido, pero justamente lo que te quiero pedir tiene que ver con...no, no...mejor pasá y ponete cómodo... Un licorcito? Sacate las botas, aflojá...
Viene movida la cosa, no? Me imagino...milagros debés hacer para conformarnos a todos... Y encima la mano, digamos, no está tan sencilla, verdad? Doble, lo querés? Juá! Llegarás con todos los pedidos y en estas condiciones? Ya sé...no es mi problema, pero...ma sí... Triple... Te va?

Ahora sí! Te agarro más dulce... Bueno...vayamos a los bifes... Sabiduría. Eso te pido...
Pará, pará... Mirá para arriba, levantá los brazos... Ya pasó? Seguro?
Como te decía... Sabiduría. No te rías, no es joda... En serio, che...te explico...
Y no hablo de conocimientos, de información... Hablo de ser inteligente y extremar cada uno de los recursos para resolver esas situaciones que, cuando se presentan, me dejan culo pa arriba... Que casi siempre tienen que ver con mi rubia... Continuar leyendo