Maquillajes

El mundo de los blogs, a mí particularmente, me ha abierto la puerta a la comunicación. Me permite una posibilidad de expresión, que sin él, no creo hubiera encontrado en otros medios. Gracias a él encontré una manera de conocer a personas, de darme a conocer y de compartir experiencias de vida. Estoy más que contento de haberme animado a ingresar a esta comunidad, y una vez adentro de ella y familiarizado con sus códigos, hoy me animo a plantear una duda que invita a la reflexión a los colegas y lectores que deseen debatir.

Quién puede garantizarnos la autenticidad de lo que escribimos y leemos? O mejor expresado...Cuánto de lo que compartimos se ajusta estrictamente a como somos? Supongamos que no sea mi intención embaucar a nadie...que en verdad existo, que me llamo como me llamo, soy lo que soy, vivo donde vivo, y realmente digo hacer lo que realmente hago. Que lo que escribo te gusta, te seduce la manera en que te lo relato y que, de alguna manera, pasé a formar parte de tu vida, por lo menos, en una pequeña porción. Es realmente fidedigna mi carta de presentación, o yo la "maquillé" para agradarte y atraparte para que me leyeras?

En todas nuestras actividades, consciente o inconscientemente, usamos maquillajes para disimular las imperfecciones. En el ámbito laboral, en el club o en el gimnasio, en la vía pública, en una confitería, y hasta para el amor con nuestras parejas, sean estables u ocasionales, vamos a ponernos del lado de nuestro mejor perfil. La necesidad de agradar al prójimo puede ser vista como un punto débil en la personalidad, o como una característica intrínseca de los que componemos la especie humana. Pero, salvo en los casos de quienes posean un super yo hiperdesarrollado, de los locos y de los perversos, está presente en cada uno de nuestros actos. Y si trasladamos esta condición a un espacio, en donde nos comunicamos con el otro, sin vernos y/o conocernos, la posibilidad de hacer uso de esos maquillajes es aún mayor.

Entiéndanme bien. Este no es un juicio de valor. No pretendo caratularnos de algo que, creo, la mayoría no somos. Lejos estoy de asignarle aires de hipocresía a los que conformamos este mundo. En muchos casos, lo que comenzó como un conocimiento meramente virtual, ya ha trascendido y se convirtió, o por lo menos va en camino de serlo, en algo mucho más profundo y enriquecedor. Pero no me pueden negar que todos, absolutamente todos, echamos mano al uso de recursos, y nos maquillamos y vestimos para la ocasión.

Que no es lo mismo que disfrazarnos de lo que no somos. Piénsenlo.

Georgie